Capítulo 136. Una batalla anunciada
Tharion
Estaba frente a uno de los responsables de que la vida de Lyra se hubiera convertido en un infierno. No fue fácil sostener la calma; el deseo de destrozarlo con mis propias manos se clavaba en cada músculo.
Quería verlo suplicar clemencia, verlo acongojado, sufriendo.
“Solo así entenderán una parte de lo que sufrió Lyra”, pensé con determinación, mientras mi lobo rugía contra la contención que hacía esfuerzo por mantener.
La memoria me golpeó con escenas de cómo la encontré, frágil por el desamor, por la indiferencia ajena.
Recordé el desprecio de Mikail, y su rostro apareció como una sombra dentro de mi mente, aunque no fuera él quien estaba frente a mí. El hombre sentado frente a mí tenía la mirada apagada, una mezcla de sumisión y arrepentimiento que no me conmovió en lo absoluto.
—Habla —dije, la voz más seca de lo que pretendía.
No tenía tiempo para juegos; necesitaba recuperar a mi esposa y a mi hijo. Él suspiró, como si cargar con la verdad le pesara, y dijo con voz