No podía creer como Masha se toma las atribuciones de irse, jamás traje a nadie a mi penthouse, nadie nunca me volvió tan loco como ella, sentir sus ganas me dieron ganas de más, y fui por todo no podía hacerlo en el Cabaret porque quería cambiar esa vida, la seguiria follando a ella claro que sí, pero va a pagar muy caro su atrevimiento.
Hoy no iría a trabajar, en cambio vine a casa a tratar de calmar mi enojo, luego de pensar que hacer, me di una ducha y me cambié para salir a almorzar con Boris.
—¡Señor Ivanov! Me sorprendió su llamada tan temprano esta mañana ¿Sucedió algo? —Me dice Boris al llegar al restaurante.
—¿Me conseguiste el nuevo escolta? —Le pregunto ignorando su pregunta anterior.
—¡Efectivamente! —Me extiende una carpeta con los datos de mi nuevo personal.
—¿Comandante? —Dije mientras ojeaba su currículum.
—Trabajaba para Vadim Popov, luego de su despido vino a nuestra empresa y trabaja para nosotros en la agencia.
—¿Por qué lo echaron? —Miro a Boris esperando su resp