Madison detuvo su coche frente al enorme edificio e Fenrir Industries. Me había recogido en casa para venir juntas a la gala. Mire mi cuerpo cubierto por un hermoso vestido plateado largo y con una abertura en el muslo y me sentí extraña. El paquete había llegado en la tarde a casa y aunque protesté para no usarlo, mi padre había terminado ganando, como siempre. Incluso me había hecho maquillarme y peinarme de forma elegante estaba empecinado en que hiciera todo lo posible para mantener este trabajo.
Madison descendió primero, con la seguridad de quien pertenece a ese mundo de lujo y secretos. Yo la seguí, más incómoda que elegante en el vestido. Cada hilo parecía cosido con expectativas que no eran mías.
El repiquete de nuestros tacones hacía eco en el pasillo mientras Madison me llevaba hacia lo que llamó El Salón de Fiestas.
Al final del pasillo dos puertas enormes se alzaban y dos guardias de seguridad preguntaron nuestros nombres y verificaron una lista antes de abrirlas y de