Elías
—Esto no puede ser —la voz de Diego captó mi atención, sus ojos estaban fijos en la pantalla, con una expresión de incredulidad.
—Hay algo mal en los datos. Yo estuve aquí y recogí el informe por la tarde. Literalmente, estuve sentado aquí —señaló hacia la sala de espera.
—No podemos estar seguros de eso ahora, ¿verdad? —intervino Josué con voz tranquila—. Tú favoreces a Serena sobre cualquier otra persona, así que es posible que estés difundiendo mentiras para proteger su nombre, ya que ella ha hecho mucho por ti —añadió, esbozando una sonrisa sardónica con la comisura de sus labios.
La mandíbula de Diego se tensó. —No estoy mintiendo. Estuve aquí, ¡y esa es la verdad! —enfrentó la mirada de Josué con sus intensos ojos marrones—. Si hablamos de mentiras, tú eres más sospechoso porque difundiste el rumor de que la Luna Serena echó a Natalia de la manada.
Levanté una ceja ante el comentario de Diego, esa información no se había revelado a nadie, y no creía que Rena le hubiera cont