18. Huida sin rendición
—¡Acelera más, Kadir! ¡No dejes que se aleje!— gritó, y su voz era tan firme que resonaba en los oídos de todos. Kadir asintió nuevamente y, sin pensarlo, presionó aún más el acelerador. El auto avanzó con más fuerza, tomando curvas y rectas a gran velocidad. Kaya se aferraba al asiento, manteniendo la mirada fija en el auto de Elara, que ahora parecía estar perdiendo terreno.
En el interior de su coche, Elara sentía cómo el miedo y la adrenalina se apoderaban de ella. Aunque había logrado eludir el primer intento de Kadir, la diferencia de velocidad entre los dos vehículos era cada vez más clara. No tenía cómo ganar una carrera así, y sabía que, al final, sería alcanzada. Pero su determinación seguía intacta. No se rendiría tan fácilmente.
Al llegar a una curva cerrada, Elara intentó tomar la salida con rapidez, pero el coche de Kaya estaba justo detrás de ella, cada vez más cerca, y parecía que su único destino sería terminar en una confrontación que no deseaba. Con un último esfuer