16. El último escape
En ese instante, la mansión Vaughn se desvaneció de su mente, y lo único que importaba era el nuevo destino que, aunque incierto, la esperaba al día siguiente.
La primera luz del amanecer se filtraba suavemente a través de las cortinas de la habitación, tiñendo de un tono tenue las paredes de la mansión. Todo estaba en silencio. No se oía ni un solo movimiento en la casa, ni siquiera los sonidos usuales de la mansión despertándose lentamente con el día. Era temprano, mucho antes de que cualquiera de los miembros de la familia Vaughn se levantara. Elara había esperado a que la quietud de la mañana fuera total, a que todos estuvieran sumidos en el sueño, antes de hacer lo que sabía que tenía que hacer.
Se levantó de la cama con cautela, evitando hacer el menor ruido. A pesar de su decisión, no podía evitar sentir una mezcla de nervios y determinación. Había llegado a un punto donde quedarse allí, en ese lugar lleno de secretos y hostilidad, ya no era una opción. Sabía que Kaya la detend