Capítulo. 55 La Tumba de mi madre
La propuesta de Damon me había dejado temblando. Rechazarlo fue fácil, pero la razón me carcomía. Era el primer chico apuesto e inteligente del campus que me pedía ser su novia. Y yo estaba obsesionada con mi padrastro.
Me sentí muy extraña al salir de la firma. Tenía que alejarme de todo. Necesitaba un lugar donde pudiera respirar sin la vigilancia de Eva o la intensidad de Alejandro.
Tomé mi coche sin avisarle a nadie.
Conduje sin rumbo hasta que me encontré en la carretera que llevaba al cementerio. Desde el entierro de mi madre, no había regresado. La idea me golpeó: era hora de hacerlo.
Una vez allí, caminé hacia la lápida de Clara. El mármol estaba intacto.
Me arrodillé en el césped, sintiendo una ola de culpa tan fría como la piedra. Aquí estaba yo, jugando a ser la espía de Alejandro, acostándome con él, y todo esto sucedía mientras mi madre apenas descansaba en paz.
—Lo siento, mamá —susurré, con la voz frágil—. Siento haber traicionado tu memoria.
Cerré los ojos, recordando