Cassandra no sabía que, después de pedirle que fuera su cómplice, William ya le había confesado sus sentimientos a Mariah… y ella lo había rechazado en el acto.
Aquel día habían hablado mucho.
Curiosamente, después de ser rechazado, William no se sintió tan devastado como había imaginado. Al contrario, era como si se hubiera quitado un peso de encima, sintiendo un inesperado alivio.
William sospechaba desde hacía tiempo —por la actitud de Mariah— que ella no sentía nada por él. Aun así, tantos años de afecto lo habían mantenido atrapado. Pero la negativa firme de Mariah se convirtió en un punto final, permitiéndole soltarlo todo por fin.
Incluso ahora, al escuchar la petición de Mariah, no le despertaba ninguna emoción.
Cuando Mariah lo oyó aceptar, enseguida dijo:
—William, creo que mientras antes lo hagamos público, mejor. Si tardamos mucho, podría afectar la vida de Leonardo.
William frunció el ceño, reflexionando un momento. Consideró que Mariah tenía razón y asintió.
—De acuerdo,