En ese momento
En la oficina había un alto ejecutivo y dos empleados, lo que hacía que el ambiente se tornara sumamente incómodo.
Beatriz se sintió algo nerviosa, pero solo pudo forzar una sonrisa y decir:
—El abuelo me pidió que te recordara que no llegues tarde a la cena de esta noche.
—Hablaré con él personalmente —respondió Luca con frialdad.
Beatriz permaneció de pie, visiblemente incómoda. Sus palabras y su expresión dejaban en claro que ya la estaba despidiendo, pero aun así, ella siguió sonriendo, sin intención de marcharse.
—¿El abuelo te encargó algún otro mensaje? —preguntó él.
Beatriz negó con la cabeza.
—No, solo que él también me invitó a la cena de esta noche. Me preguntaba si tú... tenías pareja para asistir—
—No volveré a casa esta noche.
—Pero el abuelo—
¡Clap!
Luca cerró los documentos de golpe, con visible molestia, y se volvió hacia los empleados para desahogar su furia.
—¡Son solo unas cuantas páginas y tienen cuatro errores tipográficos! ¿Acaso no terminaron la