Todo ese dinero era de la compañía.
Sofía no podía arriesgarlo todo en el proyecto, temiendo que al final fuera un esfuerzo en vano y se quedara con las manos vacías. Si eso sucediera, todo el efectivo disponible quedaría atrapado y las pérdidas futuras serían devastadoras.
Se mordió el labio. Una situación así no era algo que pudiera arreglarse más adelante.
Al comprender esto, sintió que haber avanzado con John había sido un error. No sabía por qué, pero una sensación de pánico comenzó a invadirla, dejándola sin idea de cuál debía ser su siguiente paso.
La asistente nunca la había visto así. No tenía la menor idea de cómo ayudarla.
—Pero, directora, si no usamos ese dinero, ¿qué vamos a hacer con el proyecto en el extranjero?
Ella también estaba preocupada; no podían seguir posponiendo las cosas indefinidamente. Seguir así no era una solución. La situación era un arma de doble filo: cuanto más se alargara, más tiempo y energía perderían ambas partes. Al final, ya no se trataba de gan