Sofía lo pensó con detenimiento:
—Muy bien, es una persona muy amable. Solo que, al parecer, tiene una hermana con una situación... particular.
Sopesó sus palabras antes de decidirse por "particular" para describir la situación.
No conocía los detalles exactos, pues aún no había tenido oportunidad de conocer a la hermana de Mateo.
Su madre reflexionó un instante:
—De acuerdo, infórmate bien de su situación. Con Mateo tienes que ponerle empeño, es un buen prospecto para colaborar.
—Entendido.
Con eso, Sofía salió de la oficina de su madre.
Apenas regresó a su cubículo, recibió un mensaje de Mateo:
[¡Llevé a mi hermana al lugar que recomendaste! Nunca la había visto comer tanto.]
Una leve sonrisa se dibujó en su cara al leerlo. Le contestó:
[¡Qué bueno que le gustó! Conozco varios lugares buenos para niños, podrían ir cuando tengan tiempo.]
Su respuesta no tardó en llegar.
[¡Qué maravilla! Justo tengo libre la tarde. ¿Tendrá tiempo, señorita Vargas?]
Ella repasó su agenda de la tarde; al