Anthoine tomó la fotografía de su hermano Franco entre sus dedos. El marco estaba dañado, con una pequeña grieta en la esquina, como una cicatriz. Lo sostuvo por un momento largo, con la mirada perdida. Entonces, los recuerdos lo arrastraron de vuelta, como una ola fría que lo envolvía por completo...
Todo había comenzado aquel día en el bosque, cuando Franco volvia de revisar unos campos y vio una sombra vestida de blanco corriendo decidió ir detrás y llego en rl momento que Natalia salto logro salvarla. Anthoine lo recordaba claramente. Franco con la camisa llena de lodo los ojos llenos de una decisión inquebrantable.
—No puedo tenerla mucho tiempo en Las Animas. Alguien la verá —le dijo Franco , sin rodeos—. Y devolver a Natalia a su casa no es una opción. Necesito tu ayuda, Anthoine.
Por suerte, Anthoine estaba en Argentina por negocios. Recordaba el viaje a Pereyra como si hubiese ocurrido ayer. Al bajarse del auto y ver a Franco esperando en el portón, supo que algo grave había