25. En contra del amor
Despertó primero que ella. La luz que entraba por la ventana le hizo saber que ya era de día y el reloj de la pared le daba justo la hora.
Nueve de la mañana.
Bianca estaba acurrucada en su cama, cobijada con sus sábanas y con el cabello suelto encima de sus almohadas.
Respecto al honor había cometido un grave error, pero hablando desde el deseo, le encantaba que ella estuviera ahí. Respecto a lo que sentía, no sabía que había ahí. Meditó toda la noche si estaba enamorado o no, ¿Irónico? Muchísimo. Él, quien nunca se enamoraba ni dejaba que los sentimientos dominaran su vida…
Miró a Bianca y la abrazó más y la acarició tiernamente sabiendo que ese momento era único y no se repetiría. La vio removerse y abrir los ojos lentamente, y después de un bostezo darle una sonrisa. —Hola.
—Hola. –Le contestó sintiéndose ligero. Más que en toda su vida. Le dió un beso en la frente a Bianca y la vio sonreír. —¿Cómo te sientes? ¿Estás bien? Anoche fui algo rudo.
—¿Rudo? –Preguntó curiosa mientra