Capítulo 57. Lo Intocable.
POV: Gaspar
La adrenalina aún me quemaba el estómago. Había dejado a Irina en la suite, con Maria a punto de escoltarla a la bóveda, y mis hombres ya estaban dispersándose por el perímetro de la mansión. Me había lanzado a mi despacho, el único lugar donde podía respirar un segundo antes de que el infierno se desatara.
Necesitaba a Dante. Lo necesitaba ahora, a mi lado, listo para cubrir mi espalda como lo había hecho durante veinte años.
Pero Dante me esperaba con otra clase de bomba.
Lo encontré en la oficina. No traía la pistola en la mano, ni esa mirada lista para el combate que siempre usaba cuando la mierda golpeaba el ventilador.
Tenía otra cosa en los ojos: un cansancio raro, un agotamiento que no era físico, sino del alma. Era como si hubiera peleado la batalla más dura de su vida contra sí mismo y hubiera perdido.
—Necesito hablar con usted —dijo, la voz grave, sin rodeos.
—Habla —respondí, caminando hacia el escritorio, sin quitarme el abrigo. No teníamos tiempo para charla