Provocar a la bestia
Las horas de trabajo terminaban y preparé mis cosas para regresar a casa.

Tomé mi cartera y salí a tomar el ascensor privado que mi jefe indicó, cuando sentí que alguien me tomaba del brazo. ¿Qué mier...?

Iba a golpear a quien sea que me tomó del brazo, pero me detuve al ver que se trataba de nada más y nada menos que de Nicolas Russell.

—¿Qué?

Él se aclaró la garganta y me soltó el brazo.

—Iremos juntos a casa, Emma —dijo serio.

—No necesito que frente a mí finjas ser el marido modelo —alcé una ceja, aburrida de su cara de cera.

¿No podía siquiera esbozar una m*****a sonrisa?

—No estoy fingiendo nada, te detesto tanto como siempre —escupió de mal humor y no pude evitar sonreír—. Lo hago por petición de mi padre, no te creas tan…

—Bien, vamos —asentí, interrumpiéndolo.

Él resopló, pero no dijo nada. Quizás ya estaba aprendiendo a no provocar a la bestia Emma.

Bajamos el ascensor y caminamos hasta su auto. Intenté abrir la puerta del auto para subir, pero él me detuvo.

—Irás adelante
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo