Mundo ficciónIniciar sesiónBYRON HARRINGTON
Como bien había dicho el doctor, después de retirar la venda de mis ojos, la oscuridad desapareció, al principio llenando todo con manchones de colores, sombras que no tenían forma, solo voz y aroma.
Sabía que no tenía que forzar mi vista, pero no podía cerrar los ojos y volver a sumergirme en la oscuridad cuando había pasado tanto tiempo así.
Esa misma noche me dieron de alta y la pasé en el hotel. Mi redescubierta vista y mis ansias por regresar a casa no me dejaban dormir, pero aún así lo logré, para encontrarme con la grata sorpresa de que, al despertar, las sombras ahora tenían bordes y profundidad.
El mundo no me había parecido tan claro antes. 







