BYRON HARRINGTON
Amber podía solicitar el divorcio dentro de un año si así lo quería, pero… ¿con qué dinero si dependía completamente de mí? Suponiendo que alguien externo la ayudara, ¿renunciaría a Jeremy tan fácil?
Sí, estaba jugando sucio porque no sabía jugar de otra manera. Si quería a Amber a mi lado, tenía que ser inteligente.
—Entonces, ese contrato… ¿lo hiciste por ella, por tu madre, para hacerla enojar? —preguntó Amber con ese tono confundido.
—Quería mantenerla lejos de nuestro matrimonio. ¿Eso te molesta? —Entorné los ojos como si eso fuera suficiente para detectar cualquier cambio en su voz.
—Y… lo del año de espera… —insistió cada vez más confundida.
—¿Ya te urge que pase para poder divorciarte? —solté con amargura. ¿Por qué no podía simplemente disfrutarlo y no quejarse?
—¡¿Qué?! ¡Yo no dije eso! —exclamó con sorpresa e indignación—. Yo… yo solo quiero saber qué pasará después de que termine ese año. ¿Solicitarás el divorcio? ¿Ese es tu plan?
Amber podía ser rebelde