AMBER PIERCE
—Es la última vez que te acercas a ese hombre… —dijo Byron con calma mientras el auto nos llevaba de regreso a casa.
—Déjame ver si entendí, Dylan me motiva a ser algo más que una ama de casa y está mal, y debo de dejar de verlo, pero tú sí puedes contratar enfermeras que se comportan como prostitutas y hacer negocios con una mujer que claramente lo último en lo que está pensando es negociar —solté con ironía, sintiéndome pequeña.
—No es lo mismo —contestó con firmeza.
—¿Por qué? ¿Por qué no es lo mismo? ¿Es porque no te importa cómo me sienta cuando tú estás cerca de ellas, pero sí importa cómo te sientas tú cuando yo estoy cerca de otro hombre? —pregunté queriendo sonreír, pero el coraje hizo que no me durara mucho—. ¿Para eso quieres que nos casemos?
Sacudí el folder con los papeles que había visto en la mañana antes de entrar al autódromo. Cada vez me sentía menos segura de firmarlos. El auto se detuvo delante del pórtico y no me moví ni un centímetro, mi mirada n