Mundo ficciónIniciar sesiónAMBER PIERCE
Su gesto de rabia se tornó serio cuando escuchó rugir el motor una vez más y el auto avanzó lento pero decidido.
—¡Agárrate fuerte! —exclamé con emoción y la mirada puesta en la pista—. ¡Vamos a comprobar si es cierto que pasa de cero a cien en 3.8 segundos!
—¡Maldita mujer! ¡Estás loca! —gritó, pero en vez de bajarse a tiempo, se acomodó el cinturón, ¿en verdad tenía miedo de lo que iba a hacer?
Pisé a fondo el acelerador y tanto Byron como yo terminamos pegados a nuestros respectivos asientos, mientras el volante temblaba en mis manos, pero no tenía miedo, estaba eufórica y no pude evitar empezar a gritar.
Tomé cada curva con maestría, podía escuchar el bullicio de las gradas, alentándome, tal vez creyendo que era







