— No, yo… Lo siento… Estaba a punto de tocar la puerta cuando abriste y… — Intentó excusarse rápidamente Alicia.
— Sí, claro… — Murmuró Sebastián con sarcasmo, al tiempo que volteaba los ojos.
— ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas muy molesta conmigo y que no volverías a la empresa hasta que se te asignara tu nuevo trabajo en la otra sede de la empresa… — Comentó Liam como si nada, dejando la puerta abierta, al tiempo que él volvía a su asiento, tras el escritorio.
— No, es que yo… — Alicia lo siguió, entrando en la oficina, pero ella se detuvo al ver que Sebastián seguía allí, viéndola con sospecha. — Liam… ¿Podemos hablar a solas?
Liam miró a Sebastián son mucha seriedad, haciéndole una seña a su amigo para que saliera y de mala gana, Sebastián salió de la oficina.
— ¿Qué pasa? ¿Qué quieres? — Preguntó Liam cuando la puerta se cerró, dejándolos a solas.
Él ni siquiera levantó la mirada hacia Alicia, se mantuvo muy concentrado en los papeles qué tenía al frente.
— Oh, Liam, yo