Capítulo 73
Nueve horas después, Patricia bajó en la terminal de autobuses de Belo Horizonte, Minas Gerais. Su cuerpo le dolía por el largo viaje, y el cansancio pesaba, pero no tanto como la angustia que habitaba en su pecho.
Entró en la terminal casi en silencio, yendo directo al baño. Necesitaba lavarse la cara, respirar. Aunque no tenía hambre, sabía que necesitaba comer algo, no por ella, sino por los pequeños corazones que latían dentro de sí.
Frente al espejo, se echó agua en la cara, respiró hondo y apoyó las dos manos en el lavabo. Sus ojos estaban hinchados. La ecografía venía a su mente como un soplo agridulce… los dos pequeños puntos parpadeando en la pantalla. Gemelos. Recordó a Letícia, jurando no contárselo a Augusto. Ella quería haberlo dicho. Quería que él lo supiera por ella. Pero ahora… ahora todo parecía tan lejano.
Alzó la mirada y tocó con delicadeza su propio vientre.
— Yo voy a cuidar de ustedes dos. No se preocupen. Mamá no es perezosa para trabajar. Voy a dar