Capítulo 40
Nos quedamos quietos en la cama, horas o minutos no sabría decir, el tiempo a mi alrededor parecía haberse congelado, lo único que veía era a él.

El comandante.

Me miró con intensidad después de pronunciar tan dulces palabras, después de confesarme que su corazón era mío.

Mi corazón también era suyo, de una manera inesperada e incomprensible me di cuenta de que me había arrebatado el corazón, y no estaba seguro de cuándo exactamente había sucedido eso, desde la primera vez que lo vi en esa arena había despertado fuertes sentimientos en a mí, al principio despertó mi odio, porque fueron sus manos las que me arrebataron al hombre que estaba seguro de amar en ese momento.

Y aunque tenía fuertes sentimientos por Christofer, no podían compararse con lo que sentía por John, porque lo que sentía por el alfa me quemaba de adentro hacia afuera.

Me preguntaba si podía ver en mis ojos cómo me sentía...

- Está despedida Helena. John murmuró de repente, sacándome de mis cavilaciones.

- ¿Qué?
J.P Andrade

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