Helena caminó por el campamento mientras John recibía a los alfas en su tienda, miraba hacia la fortaleza y pensaba en Evy y Dimitri.
Después de unos segundos decidió regresar a la tienda, cuando regresó los alfas se estaban yendo.
Todos habían oído que Cairo la había llamado y la miraban con recelo, ella los ignoró y entró en la tienda.
John estaba sentado encorvado sobre una mesa mirando un mapa, cuando notó su presencia y levantó su mirada hacia ella.
“Déjame adivinar, quieren que te conviertas en un lobo y rompas las puertas de nuevo y los mates a todos.
Él la miró.
Sabes que no lo haré. respondió él, como si tuviera que decírselo a ella.
Ella se acercó y se sentó en su regazo, luego lo abrazó.
“Lo sé, Juan.
La miró a los ojos y dijo.
“Cairo me recuerda a alguien, de alguna manera sus ojos se sentían familiares.
No tuvieron tiempo de ahondar en el asunto, porque un varón entró en la tienda y le hizo una reverencia a Juan, luego anunció:
“El comandante supremo del ejército de Taylo