Anne se encontraba en el jardín, acababa de terminar de hablar tanto con Evan como con Rose. Alexander se acercó a su esposa, observando cómo los dos chicos regresaban a la biblioteca.
—¿Cómo va el trabajo? —preguntó mientras se inclinaba para besar a su esposa en los labios—. Veo que tienes mucho mejor color, y eso me da gusto. Anne, quiero proponerte algo... no será ahora, será cuando tengamos al bebé en nuestros brazos —dijo Alexander.
Anne levantó la mirada y le sonrió al hombre.
—¿Qué me quieres proponer? —lo miró con tranquilidad.
—Irnos los tres, tomarnos un descanso de las empresas. Sé que quien tú pongas como tu sustituto temporal lo hará bien —dijo Alexander, mientras besaba el dorso de la mano de la mujer.
—Pero el bebé estará muy pequeño... no me opongo, pero necesito tener a Eleanor neutralizada. Con lo que sabemos de los gemelos, es más que suficiente para quitarles las acciones a Edward y William. Quiero que todo esté solucionado antes.
Alexander suspiró.
—Lo sé, y te v