Sospechas, charlas y más (1era. Parte)
El mismo día
Bagdad
Yassir
Alguien dijo una vez que aferrarse a lo imposible es un acto suicida, pero yo creo que lo verdaderamente imposible es pedirle al corazón que calle. Nadie nace preparado para soportar el peso de noches silenciosas, frías, donde la soledad se convierte en compañía forzada. Ante eso, el alma se rebela, lucha con uñas y dientes por aquello que la enciende, aunque todo esté en contra, aunque la razón lo condene.
No se sobrevive de gestos vacíos ni de promesas que se deshacen como espejismos; tampoco de la amargura de lo que nunca se intenta. El ser humano busca instintivamente aquello que lo hace sentir vivo, incluso si ese camino lo conduce al dolor.
Y es que renunciar al amor no es un sacrificio noble: es la más lenta y cruel de las muertes. Porque al final, lo único que verdaderamente llena el alma es amar, incluso cuando ese amor es prohibido, incluso cuando el precio es demasiado alto.
Yo estaba muriendo lentamente, cada día, al callar lo que sentía. Me asfi