A tu lado (1era. Parte)
El mismo día
Elazığ, Turquía
Yassir
Ese ansiado “sí” llegó para darnos esperanzas, para gritarme en silencio que el destino tenía preparada la historia más hermosa junto a Sara… con la mujer que le dio sentido a mi vida. Ahí, en ese salón, la felicidad me desbordaba; aún parecía un sueño llamarla “mi esposa”, pero era realidad. Nos habíamos casado en una ceremonia distinta, donde lo normal para otros era diferente para nosotros, y aun así, la sonrisa tonta no podía esconderla.
En un arrebato, delante de los pocos presentes —Henry, Irene, algunos testigos—, atiné a proponerle a mi bella esposa que tuviéramos nuestro primer baile. Me acerqué, con la emoción temblándome en las manos, y le hablé casi al oído:
—Amor… ¿quieres bailar, como se acostumbra en las bodas occidentales? —le pregunté con una sonrisa nerviosa.
Ella parpadeó, sorprendida, y luego asintió con una dulzura que me desarmó.
—Sí… ya nos dimos el “sí acepto”, entonces sigamos la costumbre —susurró, mordiéndose el labio infer