Nosotros (2da. Parte)
El mismo día
Elazığ, Turquía
Sara
Conocer a mi padre me trajo más que respuestas; fue un camino de verdades dolorosas, de sacrificios y de un amor prohibido del que yo era fruto. Esa espina con la que había vivido se disolvió lentamente, dejando un espacio para la tristeza… y para la rabia. Sí, rabia por el precio tan alto que pagó mi madre por desafiar a su familia.
Lo rescatable fue descubrir la verdad sobre mi origen: Henry no era el monstruo que todos pintaban, sino un hombre que, a pesar del tiempo, seguía esperando el milagro de ser parte de mi vida. Me conmovió su deseo de vivir plenamente, de reconocerme como su hija, de tenderme la mano para construir una nueva vida.
Pero lo mejor fue verlo en su papel de padre, presionando a Yassir para que me pidiera matrimonio… no con autoridad, sino con esa mezcla de amor, protección y firmeza que solo los padres tienen con sus hijos. Su forma de intervenir era justa, cálida y a la vez inevitable: no dejaba opción, pero tampoco miedo.
Ese