ActualidadBagdad, IrakSaraFamilia, sangre, origen. Palabras que resuenan con peso, como si llevaran un legado que no pedí pero que debo cargar. Nos dicen de dónde venimos, dónde encajamos o incluso dónde se supone que deberíamos estar algún día. Son cadenas invisibles, vínculos que aceptamos porque no hay otra opción, una imposición disfrazada de destino. Aunque la familia no es más que un reflejo de lo que no entendemos de nosotros mismos. Nos aferramos a esos lazos por necesidad, por miedo a perder el sentido de pertenencia, o simplemente porque nadie nos enseñó a cuestionarlos.En Bagdad, la familia es el centro de todo, un pilar irrompible. Aquí, respetar tus raíces no es una decisión, es una traición. Ser parte de la familia Rashid es cargar con siglos de orgullo, tradición y silencio. Pero, ¿qué pasa cuando esos lazos te asfixian? Cuando el peso del apellido, de las expectativas y de los silencios no dichos se vuelve demasiado, ¿cuál es la salida? ¿Revelarte o resignarte?A e
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