Dolor, rabia y decepción (1era. Parte)
El mismo día
Bagdad
Sara
Dicen que las heridas y los errores son parte de la vida, pero nadie te prepara para el vacío que dejan. Nadie te explica cómo se hace para juntar los pedazos de un corazón roto sin que te corten las manos, cómo se aprende a respirar cuando cada recuerdo te ahoga.
Todos hablan de superar, de olvidar, de que el tiempo lo cura todo. Mentira. El tiempo no borra nada, solo lo esconde en rincones de la memoria donde duele menos, hasta que un detalle lo despierta y vuelve a sangrar como la primera vez.
Supongo que, aunque creas que no puedes con tanto dolor, terminas sacando fuerzas de donde nunca pensaste. No porque seas fuerte, sino porque no queda otra. Porque el mundo sigue, aunque tú estés hecha trizas. Y entonces descubres que vivir no siempre es avanzar con esperanza… a veces es aprender a caminar con las heridas abiertas, con la cicatriz latiendo, con el recuerdo que quema.
Lo cruel es que aprendes a convivir con el dolor, como si fuera una sombra que nunca