Capítulo 18
Me quedé completamente inmóvil. Sentí que el aire se me atoraba en la garganta al ver a Luca tan cerca. Si Xavier llegaba a reconocerlo todo estaría perdido.
—¿Nos conocemos? Me resultas familiar —preguntó Xavier, mientras le estrechaba la mano con firmeza, sin quitarle los ojos de encima.
—No, señor. Vengo de la manada Esmeralda. El Beta Mateo habló muy bien de mí —respondió con naturalidad. Su voz no tembló, pero la mía por dentro gritaba.
Mateo asintió. Le había prometido a Xavier que Luca o Andrés, como se hacía llamar era la mejor opción para ese trabajo, había recibido buenas referencias de su trabajo en la manada Esmeralda.
Xavier ordenó que prepararan todo para el viaje y luego, con voz serena pero firme, pidió que lo dejaran solo conmigo
—Tengo algo pendiente con la futura guardiana—dijo mientras cerraba la puerta del estudio.
Cuando se cerró la puerta, él se acercó sin prisa. Me tomó de la cintura y me besó. Ese beso no era apresurado ni posesivo, de la manera sa