Capítulo 123
Mark me empujó con firmeza pero a la vez con dulzura, detrás de una de las cortinas pesadas del tercer piso, sabía que estaba mal, que estaba jugando con fuego en especial por los comportamientos de Mercurio los últimos días, Pero mi lobo interior me suplicaba vivir esto.
Mi corazón latía como loco, no solo por miedo, sabía lo que venía, esa pasión desmedida.
Me tomó del rostro, me besó con necesidad de mi, no podia detenerse. Sus manos bajaron por mi cuello, mis pechos, mi cintura, el me conocia de memoria y Me acerco contra la pared.
—No puedo casarme sin sentirte una vez más —susurró en mi oído—. Quiero tu boca. Quiero que me la chupes, aquí mismo.
Se bajó la bragueta y sacó su erección, estaba dura y todo por mi
—Hazlo —ordenó.
Me arrodillé sin pensar, Lo tomé con una mano y lo pasé por mis labios antes de meterlo en mi boca. Sentí su grosor entrar. Lo empecé a chupar despacio, luego más rápido.
Él gemía bajo, con la cabeza apoyada contra la pared.
—Así… mi amor...