Capítulo 47
El murmullo de los presentes se hizo presente, cuando me giré hacia Rebeca, yo caí en su manipulación en el pasado pero al ver su cara, no dejaría que Ares saliera lastimado, no el, que me habia amado sin reservas y que era un buen lobo.
—Tú nunca fuiste una víctima —gruñi sin apartar mi mirada de la suya—. Fingiste tu secuestro, tu famosa desaparición.
Ella se tensó, sus manos se cerraron en puños, pero intentó mantener la compostura, aunque se notaba por encima su nerviosismo.
—¿Qué estupidez estás diciendo? —su voz se quebró apenas.
—La verdad —respondí con una sonrisa aunque por dentro mi loba rugía por el enfado de su descaro —. Durante todos esos años que supuestamente estuviste desaparecida… estabas con tu amante.
Un murmullo de sorpresa invadió el salón, Rebeca dio un paso hacia Ares.
—Es mentira. No le creas, Ares. Sabes que yo sufrí, que fui una prisionera, jamás me hubiera alejado de ti, eres el amor de mi vida.
Ares la observaba, confundido pero no dudó de mi