Buena :
—Auch.
Me quejo al sentir como me pica y me arde la espalda.
—Tranquila, ya casi termino.
Habla mariana curando mis heridas, pero la verdad duele mucho.
—Duele mucho.
Digo apretando los dientes y los puños.
—Ya terminé... Eres muy cobarde pequeña.
Dice colocándose de pies, mientras me arreglo este viejo y feo vestido de esclava.
—Gracias Mariana.
Le sonrío con sinceridad a la chica.
—De nada y recuerda untarte esto cuándo te levantes, la herida puede infectarse.
Asiento y suspiro mirando esta pequeña y solitaria celda qué desde hoy será mi hogar.
—Mariana... pue... ¿Puedo pedirte un favor?
—Siempre y cuándo esté a mi alcance... Claro que sí.
Suspiro y la miro a los ojos.
—Me gustaría que me ayudes a reunirme con... Con mi novio... Por favor.
¿— Novio? ¿Tienes novio?
Me pregunta alzando las cejas y asiento con una sonrisa tonta.
—Si, ya nos íbamos a comprometer... Es el hombre de mi vida Mariana.
Digo sintiendo mi cara roja.
—Wooow, al parecer es muy respetuoso o no s