45 - No hagas nada loco.
Los que ellos no sabían, es que había alguien rondando la clínica, y ahora sus enemigos, estaban enterados de dicho embarazo peligroso.
Cristhian estaba en shock, y aunque estaba disimulando muy bien, en su interior deseaba estar muerto y no ser testigo, de cómo el amor de su vida, era feliz con otro. Su corazón se hacía trizas, y lo peor es, que no tenía a nadie con quien hablarlo.
Sacó las llaves de su carro, y se marchó, sin importarle dejar a su novia sola, en el estacionamiento del hospital. Necesitaba deshacerse de ese sentimiento, del dolor en su pecho. Las lágrimas corrían por sus mejillas, a la par que avanzaba por el tráfico.
Golpeó varias veces el volante, hasta que se estacionó a un lado de la carretera.
— ¡Maldita sea! ¿Por qué? ¿Por qué? — Así estuvo varios minutos, repitiendo las mismas palabras, incontables veces, mientras se sumergía en un llanto silencioso en la oscura carretera.
Volvió a encender el vehículo, y se marchó hasta un bar.
Mientras tanto, augusto estaba