27 - Suelta a mi mujer...
La intención de Enzo, era que esa noche, sea especial para ella, pese a que no había preparado nada especial. El hecho de que acepte, era un milagro, y si lo rechazaba, también lo comprendería, recordando aquel pasado que ella le había confiado.
Sentía las ganas de vengarse de aquel sujeto, y lo haría de forma silenciosa y en el momento exacto; pero, por el momento, era solo cuidar su espalda.
Llegaron a la habitación, besándose apasionadamente, como dos amantes necesitados. Keila no creía que la traería en su departamento, y tampoco que ella se dejaría. La verdad era, que hace tiempo no se sentía tan atraída por alguien, capaz de entregarse completamente. Le recordaba a aquella noche en el hotel, donde despertó en su habitación. Era locamente apuesto, e irresistible, pro no pasó a mayores; y, ahora estaba aquí, con él una vez más, a punto de llevar al segundo nivel lo que deseaban, lo que tenían.
Hasta que, sus ojos se enfocaron en un pequeño trapo de encaje negro, al lado de su ca