CAPÍTULO 52
MEGAN SALVATORE
Yo los invité.
Emiliano y Antonella pasaron toda la tarde en el hotel. Cuando cayó la noche, tomaron la decisión de caminar un rato a orillas de la playa, respirando el aire fresco de la noche, ver las estrellas, y ver cómo las personas disfrutaban, bailando, brincando de alegría. Regresaron al hotel, subieron a su suite, allí encontraron la cena, decidieron darse un baño antes de sentarse a comer. El baño fue rápido, Emiliano quedó en bóxer y Antonella con una ligera bata de seda. Disfrutaron de la cena, hablando de lo maravilloso del lugar. Terminaron su cena satisfechos, fueron a lavarse los dientes y regresaron a la cama. Los gestos de cariño y mimos no faltaron, los besos apasionados dieron paso para amarse, hicieron el amor hasta que sus cuerpos no pudieron más. Quedaron rendidos hasta el día siguiente.
Despertaron antes de las diez de la mañana y antes de partir a Roma desayunaron, recogieron sus cosas y partieron rumbo a su destino.
Vamos en su auto