CAPÍTULO 75
ANTONELLA SALVATORE DE FERRER
LISTA PARA LA NOCHE DE PASIÓN
Estamos frente al penthouse. Emiliano quita el seguro de la puerta, la abre y, como puede, me levanta, ya que sigo con el vestido puesto. Estando en sus brazos, pego mi nariz a su cuello, seguido le doy un beso; su perfume me envuelve mis fosas nasales. Empuja la puerta con el pie y nos adentramos. Poso mi vista en el lugar.
—¡Waooow! —dije admirando el sitio.
—Sorpresa —dijo él—, qué mejor que nuestro antiguo hogar para celebrar nuestra noche de bodas.
Asiento porque me parece maravilloso.
Veo globos de color rojo y dorado decorando el sitio, con frases como "te amo", "te quiero", "eres mi vida", "somos esposos para toda la vida", otros con símbolos del infinito, otros del Ying y el Yang y todos los que tengan que ver con unión. El camino tiene pétalos de rosas rojas y blancas, y algunos ramos de flores de peonías de color amarillo pálido, rosado y azul que se ven preciosas. Avanzamos por todo el camino esparcido;