~ Ónix

Reviso mis cartas, maldiciendo en voz baja.

Le estoy ganando esta partida de cartas a Sienna, pero por los pelos. Ella se relaja en el heno, agitando la mano frente a su cara.

Me sorprende ser capaz de concentrarme ahora mismo, y mucho menos de ganar.

Sienna lleva unos shorts diminutos y poco prácticos que dejan ver sus piernas suaves. Su camisa está un poco arrugada, revelando una pequeña parte de su vientre que me pone casi furiosa.

"¿Estás bien?", le pregunto con firmeza mientras ella se toma su tiempo para hojear sus cartas.

"Hace un calor insoportable. No entiendo cómo se supone que debo funcionar", se queja, suspirando.

Su ola de calor es inusual y no durará. Aquí estamos acostumbrados al clima fresco, así que asarse con este calor es casi insoportable.

"No lo eres. Sólo juega tu turno", le animo.

"Mi cerebro no puede procesar la estrategia en este momento".

Sonrío con dulzura, colocando la carta que quiero jugar a continuación en la cima de mi pila. "¿Lo dices solo porqu