Capítulo 98

Al final Alan había podido estar con su esposa, era el hombre más feliz del mundo en ese momento, por fin pudo tocarla, besarla y demostrarle todo lo que sentía por ella y lo mucho que la había extraño.

Dejó un beso en la frente de su esposa y se levantó de la cama para cambiarse y luego salir de ella, descendió por la escaleras hasta el primer piso, donde estaban sus hermanos y ahora suegros.

Porque Elena y el padre de Sara habían llegado hace unos días después de lo que había pasado con Sara.

Las mirada de las personas en la sala se posó sobre el.

—¿Que?, ¿porque me miran así? —dijo gruñendo.

—¿Ella está bien? —le pregunto su hermano Azar con un deje de preocupación en la voz.

—¿Disculpa? —pregunto Alan con furia.

—Sabes a lo que me refiero, pudimos escuchar y si es lo que pensamos, sabes lo que para ella eso ocasiona.

—¡¡¿Como te atreves?!!, no vas a decirme cómo tratar o estar con mi esposa, no soy estúpido, Alan, se como tratarla y que debo y no hacer.

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