Sara ha tenido una rara relación telefónica con su jefe desde hace cinco años, perdidamente enamora de él, espera el momento oportuno para conocerse, pero todo no es lo que ella cree, porque aquel hombre que la enamoró por medio de llamadas y mensajes no es para nada lo que ella esperaba. Sara estará entre la espada y la pared, cuando Alan un Jeque muy famoso y poderoso llegue a su vida y haga que su corazón palpite por él como hace cinco años. Lo que ella no imaginaba era que él escondía un secreto y que no estaba dispuesto a dejarlo por el amor que le decía tener. ¿Podría ella olvidar el engaño?, ¿O el amor no es tan fuerte como creen?
Leer másUn mes, eso había pasado desde que Sara acepto que esa mujer viviera bajo el mismo techo de ella, las cosas estaban calmadas, pero tenía certera de que no sería por mucho tiempo, hace unos días esa mujer intento algo con Alan, el solo pensamiento, la consumía. Cerró los ojos y recordó ese desastroso momento, en donde pensó que perdería los estribos por primera vez en su vida.Alan observaba a la mujer que tenía frente a él, no podía creer que esta mujer estuviera haciendo un tipo de cosa como esa, ¿qué no le quedo claro de lo que le dijo él?—¿Qué crees que haces? —le pregunto él a Madison que lo observaba desnuda frente a él. —¿No te gusta? —le dijo ella con una voz tan falsa que nadie la creería si la escuchaba. —Claro que no, ¿cómo me va a gustar?, estoy casado, Madison.—Pero eso antes no te importo, ¿por qué ahora sí? —Alan gruño se acercó a ella con rapidez. Levanto la bata que está en el piso, pero no tuvo tiempo, porque la puerta fue abierta. Los ojos de Alan se posaron en
Alan observaba a su madre, la cual tenía una gran sonrisa en su rostro, hace poco le había pedido a esa mujer y a Sara que lo dejaran solo con su madre, sabía que ella estaba planeando algo y dejaría claro que no pensaba caer en su juego. —¿Qué buscas mamá? —pregunto él con fuerza. La mujer levantó una de sus maquilladas cejas. —No sé dé que hablas, hijo. —Claro que lo sabes, déjate de pendejadas y dime la verdad, ¿Qué buscas? —Bueno hijo, tú primera esposa desapareció de una manera algo extraña, creo que lo mejor es que tomes una nueva esposa, alguien que sea tu imagen frente al pueblo, porque es obvio que esa mujer no puede serlo. Lo sabía, algo como esto podía pasar, pero no pensó que su madre se atreviera a tanto, ¿por qué lo hacía? —¿Así que quieres que ella sea mi nueva esposa? —su madre asintió. —Claro hijo, sería perfecta para ti —Alan río con fuerza. —Si claro, ¿por qué esta vez me traicionará con mi primo? —Faris se estremeció, sabía que ese maldito era capaz de eso,
Alan no dejaba de dar vueltas en su despacho mientras escuchaba lo que su suegra y esposa le estaban contando, ¿por qué nunca lo notaron?, eso era tan extraño. —¿estás segura? —pregunto Alan, aún sorprendido. —Sé que no soy una mujer confiable y está bien, lo entiendo, pero estoy muy segura de lo que estoy diciendo.—¿Cómo no se dio cuenta mi padre? —se preguntaba él. —En realidad nadie nunca lo noto, aunque ellos no se parecieran físicamente, eso no era algo que importara, porque tu abuelo lo hizo a imagen y semejanza de él.Alan sabía que Elena tenía razón, sus demás hijos jamás fueron tan parecidos a él y siempre creyeron que tenía un tipo de preferencia por Raft, ahora entendí por qué era.—Hace poco descubrimos que mi familia era la legítima heredera del trono, pero jamás pensé que fuera porque Rafit era un bastardo —dijo Alan con desprecio y rabia. Ese hombre les había quitado todo, no solo un derecho que les pertenecía, también la tranquilidad y la paz que jamás pudieron te
Sara observaba a su pequeña niña mientras su padre jugaba con ella, sin darse cuenta, llevó su mano a su abdomen, lo acarició un más de veces. —¿Tú también? —con rapidez se dio la vuelta para observar al hombre que estaba de brazos cruzados en la puerta del patio del palacio. —Rafit, ¿Qué haces aquí? —él sonríe acercándose a ella. —Vengo a que me digas donde está mi esposa. —Ya te dije que no sé donde está, no sé por qué crees que lo sabría, si no lo recuerda, ella me odia —Rafit sonrió y se acercó hasta donde estaba sentada. —No quiero que regrese porque la quería a mi lado, por mí puede irse al demonio, tengo a la persona que deseo a mi lado frente a mí. —Eso jamás pasará —dijo Sara con fuerza. —Y si no la quieres, ¿Para qué la buscas? —Porque tiene un hijo mío en el vientre y no pienso permitir que crezca lejos de míSara no puede creer nada de lo que esté hombre, diga, aún sigue pensando que ellos están embarazando a las mujeres para algo turbio. —Empiezo a creer que tú y
Sara observó Alan, quería decirle lo que estaba invadiendo su mente, pero sabía que no era el momento adecuado. —No tenemos idea de donde está tu esposa, deja de culpar a los demás y mejor piensa que hiciste tú para que se fuera. —Ella jamás se iría, y sé que estuvo hablando contigo —Alan suspiró, quería sacar a su hermano del lugar a la fuerza si era necesario. —No tengo idea de donde está y no me interesa, aléjate de nosotros y ve a buscarla tú mismo si tanto te preocupa.Rafit observa a la pareja una última vez y luego se da la vuelta y sale del lugar, dejando a Sara y Alan solos. Cuando la puerta se cierra, Sara observa a Alan. —Sé que algo está pasando por tu cabeza, ¿Qué es? —ella asintió. —¿No te parece raro que todas las mujeres que conoces estén embarazadas? —Alan levanta una de sus cejas. —¿Qué quieres decir? —Alan, no creo que sea normal que tu hermana, Sarif y no sé cuantas mujeres más están así.—¿Quieres decir que fue a propósito? —Lo mío no lo fue, pero lo de la
Sara y Azar observaban a Amira, ¿Cómo sucedió eso?, ella sabía que no sería bueno para nadie que quedara embarazada, y lo peor de todo Es que sería una niña, de nuevo una mujer para ella bruja, que quién sabe qué planes tendría con ella. Alan observaba la ventana de su despacho, todo se le había juntado y en este momento no sabía qué hacer. —¿Por qué lo hiciste? —le pregunto su hermano Azar. —Es que no entienden… Quiero ser madre. —¡¡Sí, pero no en estos momentos, Amira y mucho menos con nuestra víbora madre a nuestro alrededor!! —No le digas así, ella me quiere. —Alan gruño y se acercó a su hermana para posicionarse frente a ella. —Mírame Amira —la chica levanto la mirada, encontrándose con la de su hermano, oscura y llena de muchas cosas que ella no podía imaginar. —Nuestra madre jamás nos ha amado, mucho menos a ti, cuando tenías cinco años intentó ahogarte en la alberca de nuestra casa, ¿Lo olvidaste? Sara jadeó y Azar apretó la quijada con fuerza, él no recordaba eso, pero
Azar no podía creer aún que su mejor amiga estuviera pensando en la posibilidad de aceptar tan absurda propuesta. —¿Y lo estás pensando?, porque si es así, creo que una parte de ti deseaba que Mariana muriera —Sara jadeo y Alan gruño con fuerza, ¿Qué rayos le pasaba a su hermano?—Espero que lo que acabas de decir, solo sea porque es tu rabia quien lo hace —dijo Alan con fuerza. —Es que no puedo entender como ella va a hacer algo como esto. —¡¡Porque ella lo necesita, si no lo recuerdas está muriendo!! —gritó con fuerza Alan. —¿Quieres que ella también muera? —No, claro que no, pero pensé que el donante sería otra persona, no su hermana, que murió hace poco —Suspiro Azar. —Ella ya no está, Azar, yo también me sorprendí cuando me dijeron eso, pero fue la decisión de Mariana, lo hizo estando consciente y viva, ¿Por qué negarle la oportunidad a su mejor amiga que viva? Exclamó con fuerza Amir, no entendía por qué su hermano estaba actuando de esa manera, pensó que una parte de él a
Raft observaba a Alan con asombro, ¿Cómo pudo enterarse de eso?, ¿y por qué él parece tan enojado de que el haya hecho eso? —¿De qué hablas? —pregunto él haciéndose el ofendido, pero Alan sabía que solo estaba fingiendo.—Sabes de lo que te hablo, no te hagas el estúpido.—Y tú no me faltes el respeto, no olvides con quién estás hablando —él gruñe con fuerza. —Eso te quiero recordar, no olvides con quién estás hablando y mucho menos olvides que odio que me mientan. El lugar se quedó en silencio, ninguno decía nada, se estaban mirando fijo, sin decir una sola palabra. —¿Entonces? —dijo Alan después de un segundo. —No tengo nada que decir, no sé dé donde sacaste esa estupidez, pero de una vez te dijo que es una falsedad.—¿En serio? —refuto tomando su móvil para qué observará un video. —Esto dice lo contrario.Con rapidez, Raft toma el móvil entre sus manos y reproduce el video, con cada segundo que pasa, la mandíbula de Raft se aprieta más y más. —¿Entonces?, ¿Aún lo seguirás neg
Sara observaba a Amir sin decir una sola palabra. Alan también observaba a su hermano, ¿por qué se veía tan tranquilo? —¿Cuándo lo descubriste? —dijo Alan.—Hace unas semanas, pero no quería decir nada hasta que no estuviera segura. —¿De qué? —Amir suspiro. —De cómo decirlo.—No puedo hacerlo, no puedo hacerle eso a ella —No entiendo, ella quería darte esto, no fue casualidad que ella quisiera donar sus órganos, ¿Te hablo de eso en algún momento? —pregunto Amir, quería hacerle entender que esto no había pasado por casualidad.—No, jamás hablamos de un tema como estos, tampoco creo que ella pensara que iba a morir, es ilógico. —No, no lo sabía, pero tampoco estaba fuera de sus posibilidades y ella ya no está, Sara y te dejo algo muy importante y que salvará tu vida, ¿por qué no lo puedes aceptar? Sara sollozó con fuerza, para ella no era fácil saber que tendría el corazón de su hermana, una parte de ella se siente culpable si lo hace. —Me siento como una traicionera, es como si