| ¿Otra mujer? |

POV Cecil

En el baúl de los recuerdos……

— Buenos días hermosa — dice cuando contesto su videollamada. No puedo evitar el cosquilleo en mi estomago al ver su hermosa sonrisa, sus ojitos celestes y su cabello rizado.

Me siento como una colegiala al sentir todas estas cosas cuando apenas hemos estado juntos unos pocos días.

— Buenos días William — digo con una sonrisa. Veo como se levanta de la cama, y está solo en ropa interior mientras abre las cortinas y vuelve a la cama a contestarme.

No se si lo hace a propósito pero casi siempre que hablamos está sin camiseta, dejándome ver su pecho y sus músculos.

— Cecil, ¿estás ahí? — pregunta y me doy cuenta que seguro me quede pegada mirándolo como una pervertida, es que no puedo evitar incendiarme al recordar las cosas que hicimos cuando estuvimos juntos, nadie me ha tocado como él, nadie me ha hecho sentir como el.

— Si, me distraje con el paisaje — dije con una sonrisa, tratando de verme relajada pero por dentro sentía como la calentura iba subiendo por mis piernas hacia mi vientre.

— ¿Qué planes tiene para hoy? — pregunta. Normalmente esto hacemos todos los días, nos levantamos muy temprano y conversamos sobre lo que haremos en el dia, y por la tarde tratamos de desocuparnos para conversar otra vez después del trabajo.

— Debo ir a la agencia de viajes, hay un niño rico que pidió que le prepare un itinerario. Le mande a una persona que lo asista pero quiere verme personalmente.

— Uhmmm, quizá es un admirador — dice en un tono de voz que no puedo reconocer, a pesar de que se ve relajado.

— Quizá solo quiere que lo acompañe, a veces necesitan un guía, iré a ver y te cuento más tarde. ¿Qué te toca hacer hoy? — pregunte. Lo quede mirando por un segundo, mientras él pensaba, no entiendo por que tanto misterio.

— No se si decirte — dijo por un momento — No quiero que pienses que soy un acosador, pero si todo sale bien en la reunión de hoy viajaré a Washington en una semana, me gustaría verte, si tienes tiempo.

— ¿Por qué serías un acosador? — pregunte.

— No lo sé, quizá quería llegar de sorpresa y verte desde lejos. Saber si tienes algún novio por ahí del que no me has contado — respondió tratando de ser sarcástico pero su rostro estaba serio.

— Hace tiempo que no tengo novio. El ultimo fue un tonto de la universidad, si me gustaba pero ultimamente los chicos solo quieren tener sexo, nadie te busca para una buena relacion y no quiero quedarme sola toda la vida — respondi.

Después de decirle me di cuenta de mis palabras, pero ya estaban dichas. Quiza el tambien me buscaba para tener sexo solamente, pero si es de esa manera, es mejor que se aleje de una vez, antes de que ese cosquilledo de mi estómago se convierta en algo mas.

— ¿Estás buscando algo más que una aventura? — pregunto

— No te voy a mentir, no quiero casarme aun, pero tampoco quiero estar por la vida teniendo sexo con todo el mundo sin conectar con nadie emocionalmente — respondi — Si eso es lo que buscas, aqui no es.

— No es lo que busco, pero no puedo prometer que esto se convertirá en algo más, apenas nos vimos una vez en persona. Por ahora podríamos conocernos y ver a dónde nos lleva el destino, ¿Que dices? — pregunto.

En sus ojos vi como esperaba mi respuesta, este era el momento de decirle que no, pero algo me impulsaba a decirle que si, que si quería dejarme llevar.

— Está bien — respondí — pero quiero sinceridad, si no te gusto lo suficiente o si conoces a alguien más me dirás. Si no somos honestos, esto no funcionará.

— No te preocupes, que si no siento lo mismo que tú lo sabrás, no soy bueno para las relaciones, incluso me sorprende lo mucho que hablo contigo, te puedo enseñar todos los mensajes de mi teléfono, son solo 2 o 3 palabras. Bueno con mi asistente si me escribo mucho, pero son órdenes que le doy, odio cuando me habla en persona, no la entiendo.

— ¿En donde trabajas? — pregunte

— En la empresa de mi padre, Stagliano motors. Las oficinas están en el centro de Manhattan

—- ¿Algún día conoceré? — preugnte

— Tu dime cuando, solo no vengas de improviso por que no te dejaran entrar, ya han habido problemas — respondió y en su rostro se formo una sonrisa picara y se quedó pensando por un momento.

— El que solo se ríe es que de sus travesuras se acuerda — respondí y él sonrió.

— He sido un chico malo, no lo puedo negar, pero ya me tienen en cintura, no te preocupes.

— Tu madre es muy linda — respondí asumiendo que me hablaba de ella.

Hace unos días, me estaba mostrando el jardín de su casa y me enseñó a su madre. Tiene unos ojos verdes muy lindos y un cabello castaño hermoso.

— No más linda que tú — respondió con una sonrisa — ¿Sabes de que tengo ganas? — preguntó, una vez más sentí el calor en mis mejillas —- Me gustaría abrazarte y volver a dormir juntos como aquel día qué dormimos todo el dia y salimos en la noche.

— No seas flojo, que debes ir a trabajar — respondí.

— Eres mandona como mi madre, me gusta, ¿Será que él ser masoquista se hereda? Mamá tiene a mi padre comiendo de su mano — dijo soltando una risa.

—- Creo que en vez de conversar contigo, debo hablar con ella entonces. Que me diga como conquistar hombres buenos— respondí divertida, solo quería provocarlo , pero él arrugó sus labios y negó con la cabeza.

— Por ahora no te preocupes por eso, estás en buen camino. No necesitas conquistar “hombres” solo a uno — dijo levantándose de su cama — Iré a la ducha ¿Me quieres acompañar? — preguntó sonriendo de lado.

— No, yo también debo alistarme para trabajar, hablaremos más tarde guapo — dije antes de cortar la llamada.

Yo tenía que hacerlo, antes de que William me enseñara de más, quería ver pero no ahora, si no en persona.

— Parece que el aeropuerto se convertirá en mi lugar favorito —- digo antes de lanzarme a sus brazos.

William deja sus maletas caer en el piso para atraparme. Acaricio su rostro y lo lleno de besos. Esta es la primera vez que viene a visitarme y aunque se quedará solo unos días estoy feliz.

Desde que se fue no hemos hecho otra cosa que hablar por teléfono todos los días. No hay día que me levante y no veo un mensaje de él en mi teléfono. No tengo experiencia en esto de la distancia pero no puedo evitar sentirme bien con solo leer un mensaje o escuchar su voz.

Ni siquiera puedo explicar esto que está creciendo dentro de mi por que es algo que jamás he sentido.

Tengo miedo, me angustia tener sentimientos por él, pero cuando estoy en sus brazos ese sentimiento se disipa y es reemplazado por una cálida sensación que me hace sentir feliz y a la vez tranquila.

— ¿Me extrañaste cariño? — pregunta con una sonrisa y no puedo evitar sonrojarme. ¿Lo extrañé? Más que eso diría yo, pero es muy pronto para admitir lo que siento, es muy pronto para decirle que lo quiero.

Actualidad

— Llegamos — dijo el taxista y se bajó para dejarme en la puerta — Sana y salva, pero no feliz. Espero que encuentre lo que busque, y deje de llorar, lo que sea que causo esas lágrimas, no la merece — dijo dándome su pañuelo.

— Muchas gracias, me iré pronto — respondí tomando el pañuelo que me dio para limpiarme las lágrimas y sentí la suavidad de la tela cuando toco mi rostro. Él tenía razón, no puedo quedarme aquí a llorar.

—- Entonces que tenga un buen viaje — respondió con una sonrisa antes de darse la vuelta para regresar a su auto.

— ¡Espere! Antes me gustaría que me llevara a algunos lugares. Nunca he venido a New York y me gustaría añadirlo en mi porfolio. ¿Me podría dejar su tarjeta? Me gustaría que me siga transportando.

— No tengo tarjeta pero le dejare mi numero — dijo tomando mi celular, guardo su teléfono y yo le llame para darle el mio.

— Muchas gracias y disculpe si lo mire mal antes, es que me dio un poco de ansiedad — dije tratando de sonreírle, aunque en mi rostro no había una pizca de alegría.

— No hay problema, llamame para lo que necesite y a cualquier hora. Hasta luego — dijo antes de subirse a su auto.

Subo a mi habitación y voy directamente a la cama. Quiero dormir y olvidarme de este día tan terrible. Quiero creer que abriré los ojos y aún estaré durmiendo en casa y que todo esto será solo un mal sueño.

Me levanto después de dormir un poco, caí del cansancio porque definitivamente hoy no podré dormir. Mis ojos están enrojecidos de tanto llorar, y mi cabeza me quiere explotar de dolor. Debo tomar una pastilla, pero no he comido nada desde que salí de Washington.

<< Piensa en ti Cecil>> Tienes que estar tranquila … pero ¿Como lo hago?

William no es la primera persona que me engaña, y posiblemente no será la última, pero me pregunto ¿Por qué? Porque jugar con mis sentimientos sabiendo todos mis temores.

Eso no lo hace una buena persona, eso lo hace una m****a y debo empezar por sacarlo de mi cabeza. Después de enterarme de la verdad no hay vuelta atrás.

Como dijo el taxista, él no me merece. No merece este amor que le brindé. Todas las noches me desvelé acompañándolo, viéndolo a través del teléfono mientras trabajaba.

Es como si nuestra historia, todos los momentos juntos fueran una mentira, es que no entiendo cómo fue capaz. Nada tiene sentido. Lo que más me preocupa es que ¿Como no me di cuenta?. Debo ir al hospital, por que si su esposa me preguntó si teníamos intimidad es por que ellos también la tienen, y quien sabe Dios con que mujer mas no se habrá acostado.

Debo hacer eso de una vez, debo cuidarme, así que me levanto y me cambio de ropa. Llamaré a Valentino para que me lleve. Y de paso que me acompañe a cenar algo.

En el hospital no me piden muchas cosas antes de sacarme sangre, dicen que me avisaran en cuanto tengan los resultados, pero como avisé que no me quedaré mucho tiempo, les di el nombre de mi doctor en Washington para que se lo manden a él.

— ¿Dónde podemos comer? — preguntó con una sonrisa acercándome al auto de Valentino.

—- Parece que ya se siente mejor, la llevaré a un buen lugar, pero yo no puedo entrar, no estoy vestido para la ocasión — responde mirando su ropa.

No veo nada de malo, pero al parecer aquí en New York hay lugares que debes ir bien vestido, ya había oído de eso, lo descubriré otro día. Por hoy solo quiero algo que me haga olvidar las penas.

— Qué le parece si vamos por una pizza — dije y me miró extrañado — Me encanta el queso

— Quién lo diría, pues si quiere pizza, la llevaré al mejor lugar.

Abrimos la puerta del auto para subir, cuando escucho a una niña llorando. La trató de buscar con mis ojos y veo que se cayó en el escalón de la salida. Camino hacia ella para ayudarla a levantarse cuando una mujer de cabello negro se acerca a ella y la levanta de un solo tirón

— ¿Qué pasó? — pregunta una voz que reconozco perfectamente. Me doy la vuelta para que no me vea.

— Se cayó. ¡Ya! ¡Ya! deja de llorar — dijo enojada.

— No le hables así — dijo William enojado — Dámela, ¿Para eso quieres acercarte a mi hija? ¿Para tratarla de esta manera?

— Nuestra hija — respondió la mujer en tono desafiante.

<<¿Otra mujer?>>

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP