EVAN LYNCH
Apreté los dientes y los puños, tenía que salir de ahí, tenía que escapar de esa casa. Había sido un error ir a verla. Abandoné la habitación, encontrándome con la mirada atenta de Zack, quien me sonrió. —¿Terminamos de ver la película? ¡Le puse pausa para que no te perdieras de nada! —exclamó emocionado y mis pies se clavaron al suelo. ¿Cómo podía siquiera pensar en ser grosero con ese niño?
Le ofrecí una sonrisa antes de cerrar la puerta de la habitación de Annie y me senté a su lado. Con el paso de los minutos, el niño se fue acercando a mí, compartiéndome de sus palomitas y hablando sin dejar de ver la televisión, hasta que el cansancio también llegó a él. Termin&o