NARRADORA
Le rugió a Minatto lleno de odio por este hombre que le había arrebatado su trono y a la mujer que le tocaba por derecho.
“Esta ocasión, serán otras tus justicieras”
Minatto le respondió y de entre los leones salieron las leonas de Ilia y la Reina, rugiéndole con rabia, cerrando el cerco mortal poco a poco.
Un león podía ganarle a una leona, quizás dos o tres, pero un león herido contra diez leonas, era más que obvio el resultado.
La primera es abalanzarse a destrozarlo fue Ilia, con todo el rencor de su alma, como venganza por haber asesinado a sangre fría a su madre y todas las desgracias que les trajo a su vida.
Posiblemente, la muerte de su padre, había sido también obra de este desgraciado.
Se enredaron en una pelea a muerte.
Las demás leonas atacaban en coordinación como cuando cazaban, defendían a su reina del león macho y le hacían ataques furtivos.
Jugaban con él, desgastándolo, destrozándole cada centímetro de piel dolorosamente.
Leonidas gruñó en agonía cuando un