NARRADORA
— Pero no confío en ella…
— Puede estar mintiendo y la manada del pantano no es un juego…
— ¿Y qué si miente? Vámonos de aquí y problema resuelto. Más bien hagan un horario a ver cuando les toca el revolcón. Les contaré luego en qué es mejor.
Callum les dijo sonriendo ladino y con malicia.
Nada que ver con la cara de niño bueno delante de Inna.
Luego regresó deprisa a su carruaje.
Estaría muy ocupado en las próximas horas.
— ¿Sergy? – todos se quedaron medio indecisos y le preguntaron al veterano comerciante.
— Vamos, vámonos rápido de aquí. Hay algo que no me gusta y tengo muy mala espina.
Les respondió mirando a los límites del pantano y corriendo veloces a mover la caravana.
Sergy se estaba arrepintiendo de haber traído al hijo del Alfa en esta aventura.
Ese idiota, los metería en problemas a todos.
*****
Unos días después, gemidos ambiguos se escuchaban dentro de uno de los carruajes de la caravana de comerciantes.
Inna cabalgaba desnuda, encima de uno de los rudos lob