NARRADORA
Cedrick estaba tratando de mantener algo de cordura, pero su hembra, como siempre, era un polvorín de calentura.
— Tranquilo amor, que nuestro querido Vincent todavía anda por el pantano.
Cedrick no sabía si reír o llorar con esa respuesta.
Es verdad que Vincent tenía el don de la interrupción.
Se las guardaba todas para hacérselo igual cuando encontrara a su hembra.
— Sshh Raven… al menos aliméntate antes…
Cedrick siseó de placer cuando una cálida mano se coló dentro de su pantalón y comenzó a masajearle la dura polla ya en firme.
La suave lengua de su Centuria le lamía los músculos del pecho a la vez que lo enloquecía con su experta masturbación.
Se tensó cuando el venoso miembro humedecido en su propio presemen fue liberado por Raven que no dudó en levantarse, hacer a un lado su braga y sentarse a pelo encima de él.
— Mmmm… sshhh qué rico…mmm llevas dos días sin hacerme el amor… tienes que hacerte responsable…
La reina perdía la cabeza balanceando sus cadenas e