NARRADORA
Pero a pesar de la jerarquía y el mandato de la Voz, en los hombres lobos, el libre albedrío y el resistirse, siempre era una opción.
Solo que corrías el riesgo de quedarte con la mente fragmentada y destrozada en el proceso.
— Yo… — Hortensa luchaba con todo para no confesar.
Un hilo de sangre bajó por la esquina de sus ojos debido a la resistencia de su cuerpo, por no seguir la cruda compulsión.
Anastasia no le estaba dando nada de piedad.
— ¡Habla ahora o comenzaré a cortarte extremidad por extremidad hasta que confieses! ¡¡HABLA DE UNA MALDIT4 VEZ!!
La obligó con todo y su lobo de fuego salió de su cuerpo para gruñirle en la cara a Hortensa que casi se desmaya de la impresión.
— El… el Alfa Theodor— temblando y tartamudeando, al fin confesó
— Cuando salí al pueblo, me contactó y me ofreció dinero para que sacara al mocoso a escondidas.
— ¿Por dónde lo harías? ¿Cuál es la ruta? ¿Hay más espías en el palacio? – Anastasia parada delante de ella, continuaba el i