NARRADORA
— ¿Ya no encontró a la persona que buscaba? ¿Qué más desea hacer vagando por una fortaleza llena de Centurias guerreras?
— Necesito verlo, ya que sus hechizos me separaron de él tantos años, al menos deme la oportunidad de conocerlo y de verdad, espero que sepa revertir ese horrible hechizo que le hizo.
Cedrick le respondió a su espalda y una chispa brilló en los ojos de Dalila, una sonrisa de medio lado apareció en su boca.
Cada vez le gustaba más este lobo de nieve.
— No sé de qué hechizo me habla Rey Alfa, tienes unos minutos extras, aprovéchalos bien – ni siquiera se giró a enfrentarlo.
“Estoy apostando por ti, hombre invierno, no me vayas a fallar”
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Una enorme sombra se coló de repente en el cuarto más seguro de la fortaleza.
Paso a paso, Cedrick se acercó a la camita donde un pequeño roncaba suavemente abrazado a un lobito de peluche.
El Rey Alfa se arrodilló en el borde de la cama y sus ojos brillantes y emocionados miraban su tesoro.
El fruto del amor entre su