RAVEN
— Tres palabritas lindas no me van a convencer Rey Alfa y claro que tendré tu preciado trono, así que cuando llegue el momento, prepárate para dejarlo por las buenas o las malas
Aparto su mano y lo empujo con fuerza para que me libere.
Se queda parado observándome y miles de emociones pasan por dentro de esos turbulentos ojos azules.
No deseo verlo más, porque eso solo me trae pesar y dolor, me hace cuestionar mis decisiones y ahora no solo veo por mí, soy madre y mi cachorro no va a sufrir todas las humillaciones y desprecios que pasé, aun estando a su lado.
Nadie me consideró nunca a la altura del increíble Alfa Cedrick, menos del Rey Alfa.
Camino lejos y le doy la espalda para que no se dé cuenta de mis vacilaciones y debilidad.
— ¿Es por el cachorro? – me dice de repente y me tenso.
No puede ser ¿desde cuándo me espía que ya vio a Aidan?
— Lo sé, tienes un hijo. ¿Quieres el trono para él? ¿Quién es el padre de ese cachorro? Él… ¿es mío…?
— ¡No! – me giro de repente y sé que