Cedrick
Raven gime y las vibraciones de su garganta alrededor de mi pene me están haciendo sudar de lo lindo, mientras sube y baja su cabeza, succionándome, ahuecando sus mejillas, como si quisiera drenarme por completo.
Siempre que la subestimo, Raven termina por enloquecerme.
Comenzó con pequeñas succiones a la cabeza, lamidas tímidas y ahora incluso la muy “inexperta” ha sacado los caninos y hasta la lengua de su loba la siento enredándome toda la poll4 y lamiendo mi abertura sin parar.
Eso sin contar lo caliente de su garganta, parece que estoy metido dentro un horno, cocinándome a fuego lento y lo peor, es que no sé, si realmente quiero salir o terminarme de rostizar a muerte.
También reconozco, que es por la llegada de su celo, en unos días debe comenzar y solo está mostrando las primeras señales.
Se nota que nunca lo ha experimentado, ni siquiera se da cuenta de que, en gran parte, su sensibilidad es por eso y también la razón de que mi lobo y yo, queramos comérnosla viva.
Cuan