Ethan quería ir y enfrentar a su madre esa misma noche. Aleyda lo detuvo, por el momento no quiere más problemas, solo vivir la vida sin especulaciones; como debió haber sido desde un inicio.
Aleyda recibió una llamada por parte del director de la clínica en la cual le pedía que volviera a presentarse a su siguiente turno. Esa noticia llenó de emoción a la chica y de inmediato le llevó las buenas nuevas a Ethan.
Pero este, no se lo tomó a bien.
—Cariño, tú no estás para que andes rogando por una oportunidad de empleo y mucho menos cuando ese hombre te humilló y despidió descaradamente.
—No quiero estar sin trabajar y allí es una buena oportunidad, gano mucho dinero y me queda tiempo para pasar los fines de semana con mi hijo.
—¿Te pagan muy bien dices?
¿Acaso estás corta de dinero, aun viviendo con uno de los hombres más ricos del país?
Te he dado tarjetas, no las quieres aceptar. Dime, ¿qué puedo hacer para que la reina de esta casa no se moleste en salir de casa a peligrar o a c